Yo soy un ateo escribiendo sobre religión por tres sencillas razones, porque puedo, porque quiero y porque se me da la gana.
El otro día me puse a pensar en el tema de la obediencia a Dios, un tema que varia de creyente a creyente.
Yo creo que en todos mis años como creyente fue el hecho de servir una misión para la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Dias.
Eso de servir una misión de tiempo completo para la Iglesia Mormona es algo que requiere toda la fe y ganas que tengas por razones obvias, no estamos hablando de ir el Domingo a la Iglesia y llegar a terminar la nueva temporada de tu serie favorita en Netflix o pensar en cual será el próximo estúpido meme que vas a compartir.
Estamos hablando de creyentes que le ponen un alto a su vida por 18 o 24 meses y dicen este tiempo es de Dios y punto.
Imagínate todo lo que podrías hacer en dos años.
Yo no tenia nada que hacer, con 18 o 19 años, ni sabia que iba a hacer con mi vida por lo que en mi retrospectiva atea, no se si me perdí de algo o de nada.
Bueno al punto medular de la obediencia a Dios al que quiero llegar se refiere al día a día de esos dos años.
Habia que levantarse todos los días a las 6 y media sin excepción, había que hacer ejercicio por media hora, luego alistarse y desayunar
A las teníamos que leer las escrituras y estudiar con el compañero que teníamos asignados.
De 10 a 12, a buscar gente, dar charlas , almuerzo de una hora o menos luego a seguir haciendo lo mismo de 1 a 5, cenar y luego seguir con lo mismo hasta las 9 de la noche.
Multiplica eso por 730 días y eso era y es ser un misionero Mormón.
Lo más chistoso es que todo eso lo trataba de hacer al pie de la letra con poca o nada de supervision.
¿Por que no nos levantamos a las 10 de la mañana?
Por la sencilla razón de que uno pensaba que nos iba ir mal si no obedecíamos las reglas.
Dios era la mejor cámara de vigilancia que había.
Y ese modelo de trabajo misional Mormón con todas las imperfecciones que tiene funciona.
A pesar que ahora no comparto nada de ese pensar, concluyó que ese es la filosofía de toda religión que incomoda un poco (En el buen sentido)
La gente paga los diezmos porque teme que las cosas no van a salir bien.
La gente va a la Iglesia pensando en ese cielo o pensando en ese infierno.
Y digo Cielo o Infierno por el hecho que no sabemos que es lo que motiva al creyente en ocasiones, si la recompensa o el castigo.
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